Egipto,Año 5000 A.C.
Una joven murciélaga ataviada con ropajes de culto a los Dioses, se dirigía hacia el tempo de Ra para hacer su oración semanal. Desde pequeña le habían enseñado que los Dioses eran seres malignos que a menos que recibieran oraciones y cultos, nos serían buenos con ella.
Y ahí, estaba esperando a entrar, con un cordero en las manos como señal de ofrenda. Ella solo lo llevaba allí para que los sacerdotes lo mataran y mientras ella decir sus oraciones.
-Pequeña, por aquí- dijo un hombre alto de tez morena- Amenophis ha cambiado el lugar de culto, acompáñame por aquí y le llevaremos el cordero.
La pequeña asintió.
Siguió al hombre por estrechos pasillos hasta llegar a una habitación totalmente vacía.
-¿Dónde está Amenophis?- preguntó dudosa.
-Ingenua. Tu eres el sacrificio. Los Dioses se han enfadado y no nos dan lluvia. Con un sacrificio humano seguro que nos la dan.
Cogió a la muchacha del brazo y la tiró al suelo.
-Pero antes...creo que voy a disfrutar de ti.
Le arrancó los ropajes dejándola desnuda ante sí. Ella chilló y se encogió sobre si misma, con miedo de que la viera ese hombre tan horrible.
-Las pequeñas son las mejores...- sonrió de medio lado- poco expertas y adoro sus gritos.
Se abalanzó sobre ella, pero antes de poder rozarla una jopesh le cortó la cabeza.
La joven, aún tapándose y empezando a llorar, levantó la cabeza para ver a la persona que lo había hecho. Ante ella se alzaba un hombre alto y flaco, casi escuálido, de cabellos rubios como el oro y ojos marrones, casi negros, vestido con ropajes de esa época. Sacó un nuevo vestido para la joven y se lo entregó. Ella lo cogió ejugándose la lágrimas.
-Gracias...-murmuró.
Se vistió.
-Ese hombre no merecía vivir...-calló y prosiguió- ven conmigo pequeña. Ven y te salvarás, y verás cosas extraordinarias.
-Mi madre...
-Eres una elegida, y vendrás conmigo. Hay más como tú, Rouge.
-¿Cómo sabe mi...?
No pudo acabar, pues de repente perdió el conocimiento y una embriagadora oscuridad la envolvió.
Roma, año 547 A.C.
-Estúpido e ingrato. Eso es lo que eres, pequeño erizo.
-Maestro...lo siento, no era mi intención haceros enfadar, solo pensaba que...
-¿Solo pensabas? Fuera de mi escuela, tu nunca pertenecerás al ejército romano. Fuera, no vuelvas por aquí.
El erizo negro salió de la escuela de preparación y se disponía a volver al callejón donde vivía, a su pequeño hogar donde su hermana mayor siempre le esperaba con una sonrisa en la puerta, pero ese día no la tenía.
-Vienes pronto.¿Qué ocurre?
-Me han expulsado por haber echo preguntas a las que el maestro no podía responder.
-No importa.
-¿Qué?- dijo él.
-Ha venido un hombre dispuesto a enseñarte, irás con él para aprender a ser un guerrero.
-Pero yo..
-Espera. Ve con el y no vuelvas. Cuando seas un guerrero regresa, mientras tanto te esperaré, Shadow.
-Pero Maria...
-Ve con el.
Entraron a su pequeño hogar y entonces lo vio, un hombre alto y escuálido de cabello rubio y ojos almendrados.
-¿Eres tú? Genial. Te esperan.
-¿Quién lo espera?- preguntó Maria con curiosidad.
-Los demás.- dijo el hombre secamente.
Y como el un torbellino de arena, Shadow y ese hombre desaparecieron. Y lo último que vio Shadow antes de desmayarse, fue a su hermana corriendo hacia el mientras lloraba.
Perú, año 12 D.C.
Sonic y Tails siempre habían sido amigos, aunque no estaba bien visto que un vasallo y un futuro rey lo fueran.
Ya era de noche y pronto iba a llegar la futura prometida de Sonic, un estúpida ardilla princesa de Chichawán. Era un matrimonio político, pues al unir sus coronas serían poderoso...pero eso dejaba atrás a su amigo Tails.
-No me voy a casar, he hablando con un hombre dispuesto a sacarnos de aquí, dice que nos llevará lejos.
-No puedes hacer eso Sonic- respondió el zorro con preocupación- cásate y se feliz. Déjame atrás, te lo ruego, mi señor
Sonic odiaba que lo llamara mi señor.
-Tails...
Antes de que acabara un hombre apareció por una de las puertas de piedra y mármol. Alto, rubio y de ojos marrones.
-¿Listos, mis elegidos?-dijo el hombre.
-Sonic...
-Tails-sonrió el erizo azul- nos vamos.
Y con un simple movimiento de muñeca hizo que los dos jóvenes se desmayaran y se los llevó.
París, año 1647.
Cream vagaba por los callejones de París, una ciudad rica con mucha gente pobre. La niña se ganaba la vida robando carteras a los pocos ricos y comprándose cosas con el dinero.Siempre había estado viviendo en una callejuela estrecha que olía a moho. Una noche, mientras se apresuraba a coger unos cartones para poder dormir, un hombre apareció delante suya.
-Hola pequeña..-sonrió-.
-Aléjese de mi.
-No voy a hacerte daño.
-Pues váyase.
Le dio la espalda al hombre esperando que se fuera, en su lugar ese hombre la cogió, alzándola del suelo.
-Los elegidos deben vivir mejor, yo te ofrezco una vida mejor con gente como tu pequeña.
-¿Pero qué...?
No acabó la frase, lo último que vio antes de caer un un profundo sueño fueron los ojos marrones de su captor.
Londres, año 1878.
Una joven Amy Rose se debatía entre la vida y la muerte. Había cogido un constipado muy fuerte, y dado que la gente pobre no tenía dinero para medicamentos, su poca familia decidió reunirse a su alrededor a esperar que muriera. Solo vivían sus dos hermanos mayores, que la odiaban, ye ella misma.
Ese día un hombre llamó a su puerta diciéndoles a sus hermanos mayores que el la podía curar, pero a cambio ella debería irse con el.
Ellos aceptaron.
El hombre entró en la sala y le suministró un medicamento y bolsas de agua helada para calmar la fiebre.
Pasaron los días y Amy se recuperó. Al abrir los ojos vio la figura de un hermoso hombre rubio con ojos almendrados.
-¿Quién eres...?
-Amy-dijo su hermano Charles- te irás con él. No queremos que vuelvas.
Amy sintió diferentes cosas a la vez...miedo del hombre, horror de que le pasara algo, encanto y alivio de no ver a sus hermanos...
Su hermana Tatiana siempre le había tenido celos y en varias ocasiones intentó matarla. Y su hermano Charles...la odió desde que nació. Así que cuando sus padres murieron en una explosión, fue maltratada y obligada a hacer los trabajos forzosos mientras sus hermanos se beneficiaban.
-Genial, así no os veré vuestras horribles caras.- sonrió-.
-Mi elegida preferida, la que más poder tiene y la que debe cumplir la profecía...-murmuró el hombre por lo bajo-.
-¿Disculpe?-preguntó ella-.
Nunca recibió la respuesta, y antes de que todo se volviera negro vio como sus hermanos la miraban con la boca abierta.
Genial o3o
ResponderEliminarAhora sí desde el capítulo 1
No me perdere los otros .ω.
Nos vemos la próxima