*NO TIENE NADA QUE VER CON LA HISTORIA*
Bueno, necesito que me hagáis un favor.
¿Podríais seguirme en twitter?
Necesito llegar a los 900 seguidores y estoy desesperada. Si no llego me QUITAN EL ORDENADOR, Y YA NO PODRÉ ESCRIBIR.
Sí, soy tonta al apostarme el ordenador, resulta que me quedaban 3 para conseguirlo...pero empezaron los unfollows.
Estoy a 9 de los 900, por ahora. ¿Serías muy amables de dejarme vuestro twitter abajo?
Me harías un gran favor.
Así ganáis seguidores y yo no pierdo mi ordenador.
MUCHAS GRACIAS CHICAS, OS QUIERO.
PD: dejadme el twitter y yo os responderé con el mío, os seguiré y espero el follow :D xd.
lunes, 2 de diciembre de 2013
domingo, 1 de diciembre de 2013
Capítulo 3.
Amy estaba en su habitación, se había colocado frente al espejo y,en una mano, sujetaba su antiguo vestido. Se observaba tranquilamente, aunque estaba nerviosa. Su antiguo vestido era negro, y la falda le llegaba hasta los pies, las mangas, también negras, no dejaban que se vieran sus muñecas, y el cuello del vestido le llagaba casi hasta la cara.
Y la ropa de ahora era totalmente distinta.
Llevaba un jersey de punto rosa y unos vaqueros, acompañados con unas botas marrones.
Amy era la única que no se había acostumbrado a eso de ser maga, echaba de menos su querido Londres, pero no ha sus hermanos. Por ella que se pudrieran en el infierno.
Llevaban dos semanas en La Casa y solo dos personas ya habían conocido su don. Sonic, la supervelocidad. Y Cream, que podía hablar con los animales y las plantas. Mientras tanto, los demás seguían buscando.
Amy dio una última mirada a su vestido y lo guardó en el armario junto con sus zapatos viejos. Se miró por última vez al espejo y salió de la habitación.
*
-Así que la supervelocidad, eso está muy bien, así si tienes pis puedes ir rápido al baño-rió Knux-.
-Cierto es-contestó Sonic-.
-Yo quiero saber mi don ya. No puedo esperar.-soltó Tails-.
-Tu y todos Tails, aquí Lady Rouge necesita poderes mágicos.
-¿Lady Rouge? Lady Rata Blanca querrá decir...-murmuró Knux a Sonic-.
Sonic rió, pero no por el comentario de su reciente amigo, sino porque Rouge le había oído y le había tirado del reposa manos donde se había sentado Knux.
-Maldita murcielaga-gruñó él- podría haberme echo daño.
-Eso era lo que esperaba, pero no todo se puede conseguir.- dijo Rouge riendo-.
-Estúpida.-soltó Knux-.
-Tomate hinchado-respondió Rouge-.
Durante las dos semanas que llevaban en La Casa, Rouge y Knuckles habían estado 'peleándose' todo el rato. No se daban cuenta de que eran tan iguales que no podían estar juntos. Rouge era orgullosa, tediosa y a veces un poco irritable, y Knuckles...pues era igual que ella.
-Venga no discutáis, se os oye desde la cocina.
Ese comentario pertenecía a Cream,que había entrado en el salón. Se había ofrecido a cocinar, y por eso llevaba un delantal blanco sobre su vestido color crema.
Tails notó como se ponía nervioso. Esa sensación no le gustaba y le pasaba pocas veces...solo cuando la veía a ella, a Cream. Desde el día que la vio esa sensación se había empezado a notar. Y esperaba que nadie se hubiera dado cuenta, que vergüenza...
-Se os oye desde la cocina, estoy haciendo comida parisina, unos croissants.
-¿Que es un croissant?-dijo Rouge-.
-Es una masa dulce con forma de...cono, por así decirlo. Típico de París. Me enseñó ha hacerlos Lady Marise, una panadera de los suburbios que nos alimentaba. Os gustarán.
Y diciendo eso se fue para la cocina.
A Tails se le fue la sensación, pero no el rubor.
-Tails, amigo, si pretendes que Cream y nosotros no sepamos que ella te gusta mal vas.-bromeó Sonic-.
-Oh mierda, se me ha notado.-contestó Tails-.
-Se te notó desde el día en que llegasteis, Tails.
-Oh el amor, más dulce que el chocolate, mas malo que...-bromeó Knux-.
-No hagas poemas, que no sabes.-dijo Rouge mirándolo de reojo-.
-¿Acaso tu sabes Lady Rata Malhumorada?-le espetó Knuckles-.
-¿¡Cómo me has has llamado mezcla de tomate y camaleón?!-chilló Rouge-.
-Ya empiezan...-le dijo Tails a Sonic-.
-No importa, uno se divierte.
Tails y Sonic se volvieron hacia sus amigos, no pudiendo evitar las carcajadas, pues Rouge había metido a Knuckles debajo del sillón.
*
Shadow escuchaba las carcajadas de sus amigos desde el jardín, le habían caído todos bien. Todos eran muy amables y enseguida habían congeniado...excepto Amy. Esa chica era muy rara, no se acercaba a ellos y siembre tenía las narices metidas en un libro. Solo había hablado un par de veces con ella y le bastó, se dio cuenta de que era muy buena chica, pero increíblemente tímida.
Era muy bella, pensó la primera vez que la vio. Tenía los cabellos rosados largos y un cuerpo increíble. Además, en Roma había sido un ligón, y le gustaban las chicas tímidas, pues el las enamoraba a todas, y Amy no iba a ser la excepción.
Se recostó sobre la hierba y miró al cielo. Se acordaba mucho de su hermana María y se preguntaba si la volvería a ver. La echaba tanto de menos...no podía soportar la idea de estar sin su hermana mayor, la que siempre lo recibía con una sonrisa y le brindaba de regalos cuando hacia algo bien. Desde pequeño siempre había sido cuidado por su hermana, pues su madre murió al dar a luz a Shadow y su padre defendiendo Roma, desde entonces Shadow quería ser un guerrero como él, dispuesto a defender lo que quería entregando su vida si hiciera falta.
Se durmió profundamente.
Le despertó el ruido de un pájaro.
Se levantó lentamente y entonces pasó. Tuvo una visión. "Se vio a si mismo mirando a Amy, ella estaba en la biblioteca, leyendo, cuando de pronto cayó de espaldas. Un fuerte viento había entrado por la ventana que ella había abierto y la tiró. Amy se levanto y se dio cuenta de que el aire había tirado un libro muy viejo de su estante. Fue a cogerlo, y en letras negras y rojas, Shadow pudo leer: 'Libro del Mal'.Lo abrió, y entre las páginas había una pulsera, que Amy cogió con curiosidad y se la puso en la muñeca, tapándola con el jersey. Luego cogió el libro y lo dejó en otro estante, guardándolo entre enormes libros llenos de polvo. Y salió silenciosa de la biblioteca."
Y finalizó todo.
Al parecer Shadow había encontrado su poder, las visiones.
Pero había más curiosidad en la pulsera que había cogido Amy, que en su nuevo don. Que más tarde les diría a los demás.
Debía adivinar lo que había en el libro, y si realmente todo eso había ocurrido o estaba pasando o pasaría, ver si Amy había cogido esa extraña pulsera.
Y la ropa de ahora era totalmente distinta.
Llevaba un jersey de punto rosa y unos vaqueros, acompañados con unas botas marrones.
Amy era la única que no se había acostumbrado a eso de ser maga, echaba de menos su querido Londres, pero no ha sus hermanos. Por ella que se pudrieran en el infierno.
Llevaban dos semanas en La Casa y solo dos personas ya habían conocido su don. Sonic, la supervelocidad. Y Cream, que podía hablar con los animales y las plantas. Mientras tanto, los demás seguían buscando.
Amy dio una última mirada a su vestido y lo guardó en el armario junto con sus zapatos viejos. Se miró por última vez al espejo y salió de la habitación.
*
-Así que la supervelocidad, eso está muy bien, así si tienes pis puedes ir rápido al baño-rió Knux-.
-Cierto es-contestó Sonic-.
-Yo quiero saber mi don ya. No puedo esperar.-soltó Tails-.
-Tu y todos Tails, aquí Lady Rouge necesita poderes mágicos.
-¿Lady Rouge? Lady Rata Blanca querrá decir...-murmuró Knux a Sonic-.
Sonic rió, pero no por el comentario de su reciente amigo, sino porque Rouge le había oído y le había tirado del reposa manos donde se había sentado Knux.
-Maldita murcielaga-gruñó él- podría haberme echo daño.
-Eso era lo que esperaba, pero no todo se puede conseguir.- dijo Rouge riendo-.
-Estúpida.-soltó Knux-.
-Tomate hinchado-respondió Rouge-.
Durante las dos semanas que llevaban en La Casa, Rouge y Knuckles habían estado 'peleándose' todo el rato. No se daban cuenta de que eran tan iguales que no podían estar juntos. Rouge era orgullosa, tediosa y a veces un poco irritable, y Knuckles...pues era igual que ella.
-Venga no discutáis, se os oye desde la cocina.
Ese comentario pertenecía a Cream,que había entrado en el salón. Se había ofrecido a cocinar, y por eso llevaba un delantal blanco sobre su vestido color crema.
Tails notó como se ponía nervioso. Esa sensación no le gustaba y le pasaba pocas veces...solo cuando la veía a ella, a Cream. Desde el día que la vio esa sensación se había empezado a notar. Y esperaba que nadie se hubiera dado cuenta, que vergüenza...
-Se os oye desde la cocina, estoy haciendo comida parisina, unos croissants.
-¿Que es un croissant?-dijo Rouge-.
-Es una masa dulce con forma de...cono, por así decirlo. Típico de París. Me enseñó ha hacerlos Lady Marise, una panadera de los suburbios que nos alimentaba. Os gustarán.
Y diciendo eso se fue para la cocina.
A Tails se le fue la sensación, pero no el rubor.
-Tails, amigo, si pretendes que Cream y nosotros no sepamos que ella te gusta mal vas.-bromeó Sonic-.
-Oh mierda, se me ha notado.-contestó Tails-.
-Se te notó desde el día en que llegasteis, Tails.
-Oh el amor, más dulce que el chocolate, mas malo que...-bromeó Knux-.
-No hagas poemas, que no sabes.-dijo Rouge mirándolo de reojo-.
-¿Acaso tu sabes Lady Rata Malhumorada?-le espetó Knuckles-.
-¿¡Cómo me has has llamado mezcla de tomate y camaleón?!-chilló Rouge-.
-Ya empiezan...-le dijo Tails a Sonic-.
-No importa, uno se divierte.
Tails y Sonic se volvieron hacia sus amigos, no pudiendo evitar las carcajadas, pues Rouge había metido a Knuckles debajo del sillón.
*
Shadow escuchaba las carcajadas de sus amigos desde el jardín, le habían caído todos bien. Todos eran muy amables y enseguida habían congeniado...excepto Amy. Esa chica era muy rara, no se acercaba a ellos y siembre tenía las narices metidas en un libro. Solo había hablado un par de veces con ella y le bastó, se dio cuenta de que era muy buena chica, pero increíblemente tímida.
Era muy bella, pensó la primera vez que la vio. Tenía los cabellos rosados largos y un cuerpo increíble. Además, en Roma había sido un ligón, y le gustaban las chicas tímidas, pues el las enamoraba a todas, y Amy no iba a ser la excepción.
Se recostó sobre la hierba y miró al cielo. Se acordaba mucho de su hermana María y se preguntaba si la volvería a ver. La echaba tanto de menos...no podía soportar la idea de estar sin su hermana mayor, la que siempre lo recibía con una sonrisa y le brindaba de regalos cuando hacia algo bien. Desde pequeño siempre había sido cuidado por su hermana, pues su madre murió al dar a luz a Shadow y su padre defendiendo Roma, desde entonces Shadow quería ser un guerrero como él, dispuesto a defender lo que quería entregando su vida si hiciera falta.
Se durmió profundamente.
Le despertó el ruido de un pájaro.
Se levantó lentamente y entonces pasó. Tuvo una visión. "Se vio a si mismo mirando a Amy, ella estaba en la biblioteca, leyendo, cuando de pronto cayó de espaldas. Un fuerte viento había entrado por la ventana que ella había abierto y la tiró. Amy se levanto y se dio cuenta de que el aire había tirado un libro muy viejo de su estante. Fue a cogerlo, y en letras negras y rojas, Shadow pudo leer: 'Libro del Mal'.Lo abrió, y entre las páginas había una pulsera, que Amy cogió con curiosidad y se la puso en la muñeca, tapándola con el jersey. Luego cogió el libro y lo dejó en otro estante, guardándolo entre enormes libros llenos de polvo. Y salió silenciosa de la biblioteca."
Y finalizó todo.
Al parecer Shadow había encontrado su poder, las visiones.
Pero había más curiosidad en la pulsera que había cogido Amy, que en su nuevo don. Que más tarde les diría a los demás.
Debía adivinar lo que había en el libro, y si realmente todo eso había ocurrido o estaba pasando o pasaría, ver si Amy había cogido esa extraña pulsera.
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